domingo, 7 de diciembre de 2008

Segunda exposiciòn

Ingenieros

¿Es posible que un hombre pueda llegar al conocimiento de los efectos naturales sin haber leído jamás libros escritos en latín?

Bernard Palissy era un aprendiz de vidriero que mediante la búsqueda del esmalte blanco para aplicar a las cerámicas consiguió la fama. Él respondía afirmativamente a esta pregunta con la cual atacaba a los profesores de la Sorbona. “La práctica puede demostrar que las doctrinas de los filósofos (incluso los más celebres) pueden ser falsas”.

Robert Norman, marinero inglés, después de 20 años de navegar se dedicó a la construcción y comercio de brújulas, se calificó así mismo como un “matemático no instruido”. Tiene la clara sensación de que existe una oposición de fondo entre sus investigaciones y las de los hombres de libros. Movido por el afán de glorificar a Dios y beneficiar a Inglaterra, arriesga su nombre y desafía las calumnias de sus adversarios, poniendo a disposición pública el resultado de su trabajo, “por suerte existen en el país muchos mecánicos que conocen a la perfección el uso de sus artes y son capaces de aplicarlas a sus diversos fines con tanta eficacia como los que querrían condenarles”.

Juan Vives, filósofo, amigo de Erasmo y Tomás Moro, preceptor en la corte inglesa, hombre de vasta cultura, escribe para el refinado público de los humanistas. Vives invita a los estudiosos europeos a prestar seria atención a los problemas relativos a las máquinas, al arte del tejido, a la agricultura y a la navegación, el hombre de letras debe entrar en los talleres y en las haciendas rurales, hacer preguntas a los artesanos, intentar comprender los detalles de su trabajo. La ciencia de la naturaleza, escribe en el De causes corruptarum artium (1531), no es monopolio de los filósofos ni de los dialécticos. Mejor que éstos la conocen los mecánicos, que nunca han elaborado entidades imaginarias como las formas y la ecceidad.

Estos tres personajes, plantean el problema de que la teoría domine a la práctica. Esta postura aparece en otro texto de la nueva ciencia, en el De humani corporis fabrica del año 1543, donde Andrea Vesalio se pronuncia enérgicamente en contra de la dicotomía creada en la profesión de un médico que por una parte, un profesor que permanece cuidadosamente alejado del cadáver que hay que disecar y habla desde lo alto de una cátedra consultando un libro, y por otra, un disector que desconoce la teoría y es rebajado a la categoría de carnicero.

Esto es concluido con lo siguiente: los procedimientos de los artesanos, de los artistas y de los ingenieros tienen valor en relación con el progreso del saber. Debe otorgárseles, la dignidad de hechos culturales.

Los talleres de éstos artistas, son a la vez laboratorios que forman pintores, escultores, ingenieros, técnicos, constructores y diseñadores de máquinas, además del arte, se enseñan rudimentos de anatomía y de óptica, de perspectiva y geometría. El saber empírico de personajes como Leonardo da Vinci, es resultado de un entorno de este tipo.

Leonardo

Leonardo da Vinci (1452-1519), pintor, ingeniero, constructor y diseñador de máquinas, (hombre sin letras), y filósofo, se convirtió para los hombres modernos en el símbolo del hombre de múltiples conocimientos, de la superación de la antigua distinción entre operaciones manuales y mentales.

Leonardo tenía la necesidad de unir la teoría con la práctica. Las ciencias que comienzan en la mente carecen de certeza, porque en los discursos puramente mentales no hay experiencia, sin la cual nada proporciona certeza en sí mismo. Él defendía la convergencia entre la práctica y la teoría, pero era ambiguo en sus ideas, también es cierto que a la inversa, sólo hay certeza donde se pueden aplicar las matemáticas y quienes se aficionan a la práctica sin la ciencia son como pilotos que entran en el barco sin timón o brújula, que nunca saben con seguridad adónde van.

Sin embargo, las investigaciones de Leonardo, que eran extraordinariamente ricas en intuiciones brillantes y en ideas geniales, no pasaron de ser experimentos curiosos, sin alcanzar la sistematicidad que constituye una de las características fundamentales de la ciencia y la técnica modernas.

Una vez que los artesanos más avanzados entran en contacto con el circulo de la cultura humanística y el mundo clásico, buscan en las obras de Euclides, Arquímedes, Herón, Vitrubio, una respuesta a sus interrogantes, esta literatura es extraordinariamente rica en tratados de carácter técnico que en algunas ocasiones son manuales y otras veces contienen solamente reflexiones sueltas sobre el trabajo desarrollado por artistas o mecánicos o sobre los procesos utilizados en las distintas artes.

Realizado este proceso, las universidades y escuelas no son ya los únicos lugares donde se produce cultura, los que elaboran este saber, son los ingenieros o artistas-ingenieros, que van alcanzando una posición de prestigio igual o superior a la del médico, el mago, el astrónomo de corte o el profesor universitario.

León Battista Alberti, pinto, escultor, arquitecto, urbanista y humanista refinado, considera que las matemáticas es la parte común a la obra del artista y del científico, la visión de perspectiva propia del pintor es una ciencia, y es una ciencia la pintura.


Talleres

La mayoría de los artistas del siglo XV proceden de ambientes artesanos, campesinos y pequeñoburgueses, -el arte en el siglo XIV era considerado como una actividad manual-. En los primeros años del siglo XV, en Florencia Italia, escultores y arquitectos eran miembros de la corporación menor de albañiles y carpinteros; los pintores pertenecían a la corporación mayor de los médicos y boticarios. Los arquitectos no eran solo constructores de edificios, se ocupaban también de construir máquinas de guerra, de preparar tribunas (máquinas) y complicados aparatos para las procesiones y fiestas.

A mediados del siglo XVI se da un cambio en el gremio de los artistas, pues los encargos de tipo artesanal ya no parecen conciliables con la dignidad del artista, es decir, que debido al interés que se les prestó en base a sus creaciones, éstas dejaron de ser de tipo artesanal. -Carlos V se inclina para recoger el pincel que se la ha caído a Tiziano-.




Arte y naturaleza



Francis Bacon, fundador de la “ciencia moderna” hace tres valoraciones de las artes mecánicas.


1.- Sirven para revelar los procesos de la naturaleza, son una forma de conocimiento;

2.- Lar artes mecánicas crecen sobre sí mismas; son a diferencia de todas las otras formas del saber tradicional, un saber progresivo, y crecen tan velozmente que los deseos de los hombres cesan incluso antes de que aquéllas hayan alcanzado la perfección:

3.- En las artes mecánicas, a diferencia de las otras formas de cultura, existe colaboración, son una forma de saber colectivo: en ellas confluyen los ingenios de muchos, mientras que en las artes liberales los ingenios de muchos se sometieron al de una sola persona y los seguidores, por lo general, lo pervirtieron en vez de hacerlo progresar.

Los técnicos desconocen los usos que pueden hacerse de sus experimentos; los científicos y los teóricos ignoran que muchas de sus desiderata podrían ser satisfechas por el trabajo de los mecánicos.

Jean d’ Alembert, escribía en la enciclopedia de William Chambers, “hemos encontrado respecto a las artes liberales una palabra que necesitaba muchas páginas, pero respecto de las artes mecánicas nos hemos encontrado con que estaba todo por hacer.

Denis Diderot, expresa “Nos hemos tomado la molestia de ir a sus talleres, de interrogarles, de escribir a su dictado, de desarrollar sus pensamientos, de obtener los términos propios de su profesión, de compilarlos en listas de definirlos. Diderot destaca los perniciosos efectos derivados de la tradicional distinción de las artes liberales y mecánicas, a partir de esto nace el prejuicio de que dirigirse a los objetos sensibles y materiales, constituye una renuncia a la dignidad del espíritu.


Dédalo y el Laberinto

Del mito del Dédalo (la figura de Dédalo es la de un hombre extraordinariamente ingenioso, pero despreciable. Su nombre es celebrado sobre todo por las invenciones ilícitas: la máquina que permitió a Pasifae acoplarse con un toro y engendrar al Minotauro devorador de jóvenes; el laberinto creado para esconder al Minotauro y para proteger el mal con el mal), se sacan conclusiones de carácter general: las artes mecánicas generan instrumentos que ayudan a la vida y, al mismo tiempo, instrumentos de vicio y muerte. Las artes mecánicas son en realidad de uso ambiguo, y pueden producir el mal y ofrecer al mismo tiempo un remedio al mal.

La teocracia universal de Tommaso Campanella, la caridad de Francis Bacon, el cristianismo universal de Leibniz, la paz universal de Comenio, -representantes de la revolución científica- no pueden separarse de sus intereses y entusiasmos por la nueva ciencia. La naturaleza es al mismo tiempo, objeto de domino y de reverencia. Tiene que ser “torturada” y doblegada al servicio del hombre, pero también es “el libro de Dios”, que hay que leer con espíritu de humildad.



[i]
[i] Información tomada de Paolo Rossi, El nacimiento de la ciencia moderna en Europa, capítulo tres "Ingenieros”, pp.40-50.

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